¦ tal vez, eso espero. tal vez ¦

Estaba en mi cuarto leyendo algo de Marquez, alguien toco a mi puerta, no es muy comun que alguien lo hiciera pero dije que pasara. Era un señor de unos 45 años pero aparentaba unos 50. Lo mire fijamente, el lo hizo también. Me miraba como si ya me conociera desde hace mucho tiempo, yo estaba desconcertado por que no sabia quien chingados había dejado entrar a un desconocido a la casa. Vestia traje negro y corbata gris. Conservaba una barba oscura que cubría casi todo su rostro. Rompió el silencio cuando me dijo:
-Admiras al “Che”, aludiendo al poster que tenía pegado en una pared de mi cuarto.
-Pues admiro casi todas sus proezas y como el llevo sus ideas a que se hicieran casi una total realidad, de no ser por que fue asesinado, tal vez Cuba sería otra. Dije con voy temblorosa e inquieta.
-Aun no has aprendido a ordenar tu cuarto. Dijo observando intuitivamente el asqueroso desorden en el que ambos habitábamos.
-Nunca lo he aprendido.
-¿Y que tanto has hecho en mi ausencia?

Un sentimiento recognito comenzó a tomar por completo mi cuerpo.

-¿Cual ausencia? Pregunte nervioso sabiendo que me conocía.
-En el que me fui y todos pensaron que había muerto.
-No es cierto, tu moriste hace cinco años y yo vi. en el ataúd tu cuerpo.
-A veces pasan cosas que parecen realidad pero nada mas estuve desaparecido en un lugar muy lejos de aquí.
-No te creo, ¿a donde fue que te fuiste?. Con una lagrima en los ojos y temblando pregunte.
-Eso no importa hijo, solo tengo muy poco tiempo para poder estar contigo. Definitivamente era el, mi padre.
- Deja le digo a mi mama y mi hermano. Dije desconcertado.
-No te preocupes hace unos minutos platique con tu madre y tu hermano.
-Dime pues ¿Que has hecho durante tanto tiempo? Pregunto con total normalidad.

Comencé a llorar estrepitosamente. El me abrazo y sentí el calor que tanto extrañaba y que nadie ni nada lo podía revivir. Era el calor de mi padre que no lo sentía desde el 29 de mayo de 1999 día en que perdí al mejor amigo que tuve y tendré durante toda mi existencia. El me dijo no llores Marquitos y me beso en la mejilla como el Padre lo hizo cuando Jesús entro al cielo. Me sentía como un niño completamente inocente al lado de mi padre. Así pasamos mucho tiempo hasta que mis lágrimas escamparon. Me dijo entonces:

-Aquí estoy Marquitos no te preocupes, dime aun tocas la guitarra, enséñame algo que te sepas. Solo recuerdo que te sabias “La Bamba” incompleta. Soltó una sonrisa.

No toque nada, pero le dije que ya sabia mucho mas de lo que sabía en segundo de secundaria, cuando el partió. Le dije que en su ausencia yo había hecho muchas cosas, supe que el se iba a enorgullecer de mi. Pues le dije que ya estaba en la universidad donde el un día imagino que yo lo estaría. Incluso que trabajaba en un periódico de la misma.

-¿Eres periodista?
-Estoy aprendiendo, aunque trabaje dos años para un periódico cristiano.

Yo sabia que el tenia un sentimiento equivocado contra los cristianos. Pero parecía que ahora no importaba.

-¿Eres cristiano? Pregunto mi padre.
-Lo fui durante tres años pero me retire de esa vida.
-¿Y ahora a quien adoras?
-A nadie, bueno a ningún icono de ninguna religión. Tal vez adoro a mi madre, mi familia, y mis amigos.
-¿Quiénes son tus amigos?
-Son unos tipos que son como mi hermanos y todos son muy raros. Son lo mejor que tengo de este asqueroso e infernal mundo. Creo que solo conoces a uno de ellos. ¿Te acuerdas de Daniel un chavo con el que me peleé en secundaria? Es uno de ellos. También ¿Recuerdas a Beto Madrid?
-¿El hijo de los pastores de la iglesia cristiana de Guadalupe? Pregunto admirado.
-Pues ese sigue siendo mi amigo y por casi tres años fue el mejor de todos.
-Marcos, ya eres un joven maduro, tienes que enfrentar los problemas que existen a tu alrededor, tienes que trabajar duro como lo has hecho hasta ahora, cuidar a tu mama y a tu hermano. Yo no quería partir pero tuve que hacerlo. Dijo pausadamente mi padre.
-¿Por qué lo hiciste?
-Para que fueras lo que eres hoy, para que supieras valorar la vida, y tienes que entender que todo esto te hace mas fuerte. Creéme que lo hice con un propósito y veo que esta se esta realizando. Advirtió.
-Pero no sabes por los problemas tan fuertes que he pasado. Sobre todo los mentales, me he cuestionado tu partida, la existencia, lo que paso con mi mama. Dije con un coraje tan infalible que se reflejaba en mi rostro.
-Yo supe lo que paso con tu madre, pero hijo no puedes darte por vencido.
-No lo he hecho, papa.
-Tengo que irme.
-No lo hagas, por favor quédate. Propuse neciamente.
-No puedo Marcos, si lo pudiera hace seguro que lo haría, pero no puedo hijo, simplemente no puedo.
-¿A donde te vas? Nos podemos ir contigo.
-No hijo, si quisieras irte tendrías que morir. Señalo.
-¡Pues con tal de irnos contigo lo haremos!
-No es tan facil Marcos, conserva y cuida lo que tienes aquí. Un día nos volveremos a ver.
-¿Volverás?
-Tal vez, eso espero. Tal vez.

Me beso la mejilla, me dio un abrazo que nunca olvidare salio y cerro la puerta. Lo segui pero cuando abrí la puerta ya no había nadie, busque por toda la casa. Mi madre y mi hermano estaban llorando con una sonrisa en sus rostros. Me preguntaron ¿Lo viste? Y conteste con mi cabeza que si. “No se preocupen hijos, volvera” dijo mi madre cuando nos abrazaba a mi y a mi hermano.